lunes, 21 de octubre de 2013

Pavones finalmente


Este lugar no es ningún secreto. Mi papa me dijo- Costa Rica?! Anda a pavones- hace tiempo. Pero tarde un poco en hacerle caso.

Llego mi amigo Lukas, en un momento preciso;  cuando acabo mi efímera etapa en Josefina. Lo que primaba en mi, una necesidad de alejarme de Los Sueños, muchas veces, por mas que cueste es mejor dejar de tratar de buscar una respuesta lógica a los pasajes de nuestras vidas. Solo seguir andando en nuestra ley.   
Nos dividimos en dos carros, Chris y las mujeres y los ex piratas de El Patrón, y yo,   Hubo confusión para encontrar el camino, donde manda capitan no manda marinero; donde "google maps" ha dicho que tomes la ruta via golfito, nadie le hace caso a Lukas que ando por ahi hace unas semanas, es la era de internet definitivamente. Finalmente nos salimos un poco de este siglo loco, y damos fe al patroncito, tomando el camino correcto: 

Para llegar a Pavones hay que manejar por la panamericana en dirección hacia como quien se va a Panama (teniendo como punto de partida Jaco), y justo cuando uno ve el Paso Canoas, la frontera, doblar en dirección a la costa. Se seguirá este camino por unas dos horas, pasando por Laurel y por otros pequeños pueblitos. No hay como perderse, si uno va preguntando a los locales.  Es mi forma preferida de viajar.  


Llegamos de noche, no pudimos ver las olas entonces. A la mañana siguiente conocí el significado crowd, 6 a.m. y cerca de 60 personas ya en el agua. Remamos hacia el point, ta lejos. Mientras esperamos las olas, observamos como empiezan a asomar pequeñas figuras humanas, - de donde salen tantas personas!- como si hubiera escondida en el bosque una fabrica de pequeñas personas. Con un swell tímido, aun no en el clímax, la espera es larga. Larga como la izquierda que logras, con una sección "del rio" buenaza, una de esas olas perfectas, a simple vista amable.

Me cojo una olita!!! yeee, luego de esperar un rato, porque todos están tan hambrientos de olas como yo.   
Y zuacate no hago paso la sección. En medio del revolcón siento como si me tiraran un puñado de tierra en la cara. Y claro, lo trago. Resultado: piedras pequeñas y tierra de río salió por mi nariz durante media hora. No es tan amable el Pavon como pensé al inicio. 

La marea  y el swell se pronuncian, afinando la musica, shhhshhhshh splash y dejando la pista de baile en fa!. Mucha gente ya cansada desde la orilla. Sesión buenaza!. 



Mi amiga Dani de Brasil





Felicidad
Cuando cambia la marea, y va subiendo, se pone buena la otra sección, la de cerca a los botes. Es buena parada, la misma izquierda, pero un poco mas maniobrable, por ser menos rápida.

 Me vi en pavones, echada sobre un árbol, rodeada de una naturaleza hermosa. Sola, pero con el mar siempre cantandome, respire hondo, y vote el aire varias veces. El camino correcto no es siempre el que creemos, lo marca el corazón, es donde encontramos paz y nos vemos felices, sin haberlo siquiera pensado.
Decidi quedarme unos días mas en pavones, cambiar de barco, pero no dejar de navegar.

Me gusta mucho de Costa Rica que se puede encontrar buenos ajies. Aji amarillo y rocoto en cualquier supermercado, parece peru.  Me jaranie, como diria la mamama, teniendo mi salsa de aji siempre en la refri.

La receta de Pavones es rissoto de zapallo caribeno. La estrella de esta receta, para mi es la pasta de aji amarillo, multi Si bien no estoy en el caribe, visitar Ecuados, Panama, Caribe y Costa Rica, me ensenaron a cocinar con leche de coco. Es muy sano y tiene un suspiro medio dulce alcalino que va muy rico el caliente del aji.

Ingredientes:

1,5 taza de arroz arborio
1 taza de pure de zapallo macre o butter nut squash o buscar en el mercado local un zapallo bien cremosito, con buen porcentaje de materia seca y color medio amarillo naranjita.
0.5 copa de vino
3 cdas. de mantequillas
1 copa de crema de coco espesa
100 gr de queso fresco, queso blanco, queso de turrialba
2 unidades aji amatillo
0.5 tazas de arverjitas
 tomillo
hongos deshidratados fungi porcini, rehidratado en un litro de agua hirviendo
pimienta negra al gusto
huevo frito en aceite de coco
aceite de semillas de semillas de zapallo tostada






Vamos a derretir la mantequilla con un chorrito de aceite de oliva en una sarten tipo wok. Hacemos un aderezo con la cebolla blanca y el ajo.  Cuando este blandito todo, no se tiene que freir mucho, agregamos el arroz para perlarlo. Es decir freilo un poco hasta que tome un color  opaco en el centro que nos recuerde una perla. Apagamos con media copa de vino blanco seco y dejamos evaporar el alcohol. Luego continuaremos agregando, de a pocos, el caldo de hongos, tiene que estar hirviendo.

 Yo diria que los dos tips para que salga bien el risotto, son poco vino, para que no se acidifique la cuestion y caldo hiviendo para nunca cortar la coccion del arroz.

Movemos ocasionalmente y continuamos asi agregandole caldo y especias, hasta que el arroz este listo.
al dente, no masacota.

Por otro lado el aji amarillo lo despepitamos, como hicimos para el ceviche con el aji limo, y lo ponemos a hervir. Vamos a hervirlo tres veces, cambiand el agua estas tres veces, la ultima le echamos un poco de sal al agua. Con los ajies tibios, prodecemos a pelarlos, la piel saldra suavecita como quien pela un platano, si no es asi, merece una hervida de yapa. Es importante pelarlos para que no sean indigestos. Por ultimo los vamos a saltear: alta tempratura y casi nada de aceite, para que adquieran un sabor tostadito mmmmm.
Los picamos y los reservamos para agregarselos casi al utlimo al risotto.

Tenemos nuestro risotto que esta casi casi al dente. Entonces le agregamos una taza de pure de zapallo y a continuacion el aji amarillo. Si necesitamos un poco mas de caldo tambien lo agregamos para que se termine de cocer. En este punto incorporamos el aji y la leche de coco. Dejamos cocinar un momento mas a fuego medio, siempre moviendo para que la coccion sea uniforme.

Este risotto como todos los risottos debe comerse apenas termino su preparacion y servirse en un plato tibio, para disfrutarlo en su maxima expresion. Es uno de mis favoritos porque me recuerda mucho al locro peruano.

El queso fresco lo incorporaremos al final, para que no se derrita sino este intacto al igual que las arverjitas.

Coronamos con un chorrito de aceite de semillas de calabaza y un huevito frito en aceite de coco.