viernes, 7 de junio de 2013

El erizo esquivo

Creo que los osos la tienen clara, pero más capas aún las golondrinas. El frío te dice: no, no salgas de tu cama!. Todo se ha vuelto tan gris, las ventanas de empañan, y afuera todo sigue gris, sombrío. Yo venía un par de años haciendo como mis sabias amigas emplumadas, pero el invierno 2013 me pegó en Lima.  Y cómo duele Ayayay! meterse al mar con este frío.

Mientras el frío nos confunde en la superficie bajo el mar la cosa está más candente, para los erizos marinos empiezan la época de reproducción.  Ellos esperaron 5 años para llegar a su madurez sexual. Teniendo en cuenta ello y que la talla mínima en Perú es de 70 mm de diámetro sin incluir las espinas, planeamos ir en búsqueda de unos. 17 por ciento de proteínas en el erizo, no me lo hubiera imaginado, tampoco imaginaba que esos pequeñas criaturas tardaban tanto en crecer y llegar a la madurez sexual.

Quién no se ha clavado un erizo en San Bartolo, gajes del oficio. Mucha gente menosprecia la ola sanbartolina por chica, poco fuerte, olas de niñitas dicen; a mí me encanta. A simple vista puede parecer aburrida, pero hay que darse un tiempo y observarla. Tiene algo especial, fuerza inesperada, tanto la izquierda como la derecha, se paran sin mucho aviso y te dejan maniobrar bien.  Y claro, está a solo media hora de Lima. Dice la leyenda urbana que casi siempre hay sol o resolanita, incluso en los días más rebeldes. Parece una buena opción para ir por los erizos. Vamos!!!






Dejándonos convencer por el tímido sol de Junio, por la curiosidad científica y el amor por la aventura que nos une desde siempre, mi buena Dani y yo nos zambullimos, bolsa reciclable y peine de tabla en mano, en búsqueda de unos cuantos ejemplares.  El chapuzón fue frío; las expectativas no eran las mejores, conversando con los lugareños nos enteramos de que era un erizo rojo el que buscábamos y no lo veían por ahí hace ya algún tiempo. Camino a la isla todos los que vimos eran negros y demasiado pequeños para extraerlos. Llegamos al islote y tiramos la toalla, a tomar un poco de sol y admirar la naturaleza aledaña; dejemos la pesca de erizos para los profesionales. Esperando y confiando, que sean pescadores amigos de Poseidon que lo respeten y no depreden la bahía, para eso sí que ponemos nuestros granitos de arena creando conCiencia en los pequeños de la costa de Perú y pronto el mundo. Será hasta en otra oportunidad, encontrar el erizo rojo en otros mares, siguiente estación.


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